El único método para controlar o prevenir la transmisión del virus del dengue consiste en luchar contra los mosquitos:
eliminar los desechos sólidos y los posibles lugares (llantas o neumáticos, recipientes de vidrio o plástico en desuso, contenedores de metal o cualquier otro en el que se acumule agua) donde pueden depositarse los huevecillos;
cubrir, vaciar y limpiar cada semana los recipientes donde se almacena agua para uso doméstico;
aplicar insecticidas adecuados a los recipientes en que se almacena agua al aire libre;
utilizar medidas de protección personal en el hogar, como mosquiteros, usar ropa de manga larga, espirales y repelentes;
mejorar la participación y movilización comunitarias para lograr el control constante del vector;
permitir el rociamiento o fumigación de las casas y locales por parte del ministerio de salud pública;
acudir a los puestos de salud en caso de presentar síntomas.
La detección temprana y el tratamiento adecuado de los pacientes con dengue pueden reducir las tasas de mortalidad por dengue grave.