Aunque usted y su esposo puedan tener diferentes ideas sobre cómo criar a sus hijos, es importante que discutan y lleguen a acuerdos sobre cualquier diferencia para asegurar el bienestar de sus hijos -lo cual es indudablemente de vital importancia para ambos-.
Sus hijos sufrirán si su madre está sufriendo, así que intenten sobrellevar o -si es posible- superar sus diferencias por el bien de ellos.
Si es necesario, recuérdele a su esposo que una relación feliz entre sus padres es lo mejor para el bienestar psicológico y físico de sus hijos, y recuerden que, como madres, cada día de nuestras vidas, enseñamos a nuestros hijos que:
El hambre de las niñas y mujeres es menos importante al alimentar a nuestros esposos e hijos primero.
Las niñas no merecen las oportunidades que vienen de una educación cuando únicamente enviamos a nuestros hijos a la escuela.
Criamos hombres violentos cuando enseñamos a nuestros hijos que ser violento es varonil.
Enseñamos a nuestros hijos que es aceptable que un hombre golpeae a su esposa e hijos, cuando no nos manifestamos contra la violencia en nuestro hogar o el de nuestros vecinos.
Como madres, tenemos el poder de cambiar lo que nuestros hijos serán y podemos enseñar a:
nuestros hijos a ser amables y compasivos, para que crezcan siendo unos esposos, padres y hermanos amables y compasivos.
nuestras hijas a valorarse a sí mismas, para que esperen lo mismo de otros.
nuestros hijos a compartir y sentirse orgullosos de las labores del hogar, para que sus hermanas, esposas e hijas no sufran la carga del sobre-trabajo.
nuestras hijas a ser más independientes, terminando la escuela o adquiriendo una habilidad.
nuestros hijos a respetar a todas las mujeres y a ser parejas sexualmente responsables.
Sources
Burns, A. A., Niemann, S., Lovich, R., Maxwell, J., & Shapiro, K. (2014). Where women have no doctor: A health guide for women. Hesperian Foundation.